martes, 21 de junio de 2016

¡Ah! El poder...

Good morning, Spain, que es different
Tanto el PSOE como el PP, especialmente este último y con bastante inquina, han utilizado como crítica política contra el que es su gran adversario político, el argumento de que Podemos (Unidos-Podemos) espira a sobrepasar al PSOE y, sobre todo, a alcanzar el poder. 
¡Almas de cántaro! ¡Pues, claro! Que no son unos juegos florales. De eso va este asunto; este de las elecciones, por un lado, y el de la política, por otro, como decía de modo drástico el viejo Weber, en una célebre conferencia: "Quien hace política aspira al poder; al poder para conseguir otros fines, o al poder por el poder": Todos los partidos que concurren a las elecciones aspiran a ejercer el poder en alguna medida, unos, en mucha medida, otros, en poca, si no queda otro remedio, pero todos aspiran a ejercerlo.
Lo que cambia no es la ambición, la aspiración a ejercer el poder, que tanto el PP como el PSOE han creído durante muchos años que les pertenecía en exclusiva, tanto que habían creído que el Estado era un territorio para siempre conquistado y que se podían repartir sus parcelas cada cuatro años.
Lo que puede cambiar, si Podemos llega al Gobierno, que no es ejercer todo el poder del Estado, no es la ambición de ejercer el poder, sino cómo se ejerce y para qué se ejerce.
Respecto al para qué, la coalición ofrece un vasto programa de reformas en favor de los más desfavorecidos, discutibles, pero como todo, y una intención regeneradora que no se puede negar.
Respecto a cómo ejercer el poder, hay que esperar y ver cómo lo ejercen los nuevos, si es que llegan a hacerlo, pero, ¡ojo! sin olvidar como ejerció el poder, en su día, Felipe González, cuando disfrutaba de mayoría absoluta; no conviene olvidarse de Boyer, ni de la chulería de Solchaga, el navarrico, en lo referido a la economía, a la industria y a la Hacienda pública, ni de Corcuera o Barrionuevo, en el tema del "orden público".
Por la forma y por el propósito de ejercer el poder, nadie del PP puede impartir lecciones de democracia, de diálogo, de claridad, de honestidad, de transparencia, ni tampoco de eficacia y de respeto a la oposición.
A la frase de Weber, el PP valenciano respondió hace tiempo por boca de uno de sus responsables: "Yo estoy en política para forrarme". Y la frase se convirtió en una consigna, que señaló una manera de ejercer el poder.
Vigente hasta hoy, o mejor dicho, hasta el próximo domingo.

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