viernes, 23 de octubre de 2015

Autoridad

Comentario a un texto de Luis Roca Jusmet sobre la autoridad (Gerad Mendel).

Interesante. Yo, por deformación profesional y por vocación política, suelo huir de los argumentos psicológicos y religiosos y prefiero pensar en las instituciones desde el punto de vista de las necesidades colectivas. Y la autoridad es una necesidad práctica de la vida compartida, una institución consustancial con la comunidad y, por tanto, con el orden social. Desde este punto de vista, y yendo ya al final del texto, el 68 fue un movimiento de insubordinación contra el padre, si en la figura del padre metemos al Estado (último garante de la autoridad patriarcal, según W. Reich) y, en general, a la generación de los adultos, no digamos ya de los viejos, que son despojados de cualquier utilidad (la senectud es una etapa a evitar, lo que se consigue viviendo a tope y logrando una muerte temprana). 
Lo joven se presenta como una valor positivo y decisivo para renovar la sociedad y los jóvenes como el sujeto capaz de realizar esa transformación (luego se verá en qué queda todo). En las sociedades occidentales, donde el capitalismo está más avanzado, los jóvenes se presentan también como un nuevo segmento consumidor, como un público cuyas necesidades y deseos el mercado debe atender. Detrás de la actitud iconoclasta está el peso del número, la masa juvenil producto del baby boom (y del Estado de bienestar). Por otro lado, está el mal ejemplo de las figuras políticas y religiosas que han representado la autoridad en su forma más extrema (dictadores o los últimos papas). Y finalmente, como consecuencia de la democracia, del régimen político de opinión y del papel de los medios de comunicación, está la doxa, que iguala a todos los opinantes y desplaza o devalúa el saber y la erudición. Así no hay opiniones más respetables que otras, ni, por tanto, autoridad, en el sentido de respetar el esfuerzo por lograr un conocimiento más certero.

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