domingo, 9 de julio de 2023

El extraño caso del comunismo bolivariano a la española

Iniciada oficialmente la campaña electoral, he querido desafiar la propaganda y constatar con mis propios ojos la realidad real. No se sorprendan, pues también hay una realidad irreal en la que viven muchas personas, entre ellas los pertinaces predicadores de lo mal que va el país.

Así que, admitida esa confusión existencial, he querido salir a la calle para verificar la existencia del tan denostado comunismo bolivariano antes de votar, no sea que los profetas de la catástrofe tengan razón.

¿Será cierto que en España vivimos bajo una “dictadura progre”? ¿Es este un régimen totalitario? ¿Ha logrado el pérfido Sánchez pervertir la Constitución española para instaurar arteramente un régimen político bolivariano ayudado por Belarra, Otegui y Rufián? ¿Es el actual un gobierno comunista y criminal, como ha señalado Abascal?

Al tiempo que compraba una docena de huevos camperos, le he preguntado al pollero si había recibido alguna presión del GOSPLAN para formar un sovjós con otras pollerías. Y me ha contestado que, hasta el momento, no había recibido indicación alguna para organizar una propiedad comunal.

En la verdulería he preguntado, por lo bajini, para no alarmar a una vecina que va a misa cada día, si habían recibido alguna visita del KGB con instrucciones precisas para formar un koljós en el barrio, y me han dicho que no, que ellos regentan un modesto negocio familiar y que se sienten más cercanos a los “mujiks” que a los “kulaks”.  

Mientras pagaba el periódico he preguntado al quiosquero, que es un pozo de información formal e informal, si tenía noticia de la construcción de algún gulag en las cercanías. Y muy serio me ha asegurado que no, pero que en el cruce los obreros están arreglando una fuga de agua, aunque sin garitas de vigilancia ni alambre de espino, y que siguen las obras en el polideportivo, pero que un gulag, gulag, como los de Rusia, no; que no hay indicios. Y en los barrios cercanos, tampoco. Le he creído; será que Abascal está mal informado o que exagera mucho para parecer más de derechas.

He pensado que el chino del bazar podía darme información veraz porque tiene dos hijos en edad de pertenecer al “konsomol”. Tras el saludo de rigor - “Ni hao”- le he preguntado si había recibido instrucciones de formar una comuna siguiendo el luminoso ejemplo de Tachai, tal como aconsejó en su día el Gran Timonel. Y me ha asegurado que no, que su negocio es “plivado”, de su familia. Le he dado las gracias por el dato –“xé xé”, “tai tien”- y hasta otro día.

Viendo lo infructuoso de mis pesquisas he querido buscar una irrefutable prueba del comunismo imperante fuera de la ciudad, que sería una carga de la caballería roja por la estepa, camino de los Urales, pero en proporciones más modestas.  

La estepa más cercana es La Mancha, así que me he acercado a su borde septentrional, que está un poco más allá de Valdemoro -Valle del Moro, donde empezaba in illo tempore el emirato andalusí-, en un intento de buscar pruebas del comunismo en una tierra reseca, que ha dado algún maoísta de renombre. Pero no he visto rastros de la Larga Marcha ni de la caballería del Amur. Según los lugareños, el último caballero que pasó por allí a lomos de un penco flaco y de paso cansino fue don Quijote, camino de Puerto Lápice.

Esta breve y doméstica investigación ha ratificado mi opinión de que en España no hay un sistema comunista, y me siento respaldado por la Unión Europea, por la ONU, el BCE, el FMI, el Vaticano y por la OTAN, porque no creo a Sánchez capaz de engañar a todos ellos y, además, sacarles los cuartos. Pero hay otras pruebas fehacientes, que están al alcance de quien quiera saber cómo va el país y ser coherente con lo que lee. Y son los datos.

Entre enero y marzo de 2023, ENDESA (propiedad de la italiana ENEL), ha ganado 594 millones de euros, un 76% más que en el mismo trimestre que el año pasado, que en buena parte han sido repatriados al país de la Meloni, que de comunista tiene poco. El operador turístico Amadeus ha ganado en el mismo período 262 millones de euros, un 222% más. Inditex, a pesar del cierre de las tiendas en Rusia, ha tenido un beneficio de 1.168 millones de euros, un 54% más que en el primer trimestre de 2022. Pablo Isla recibió 27 millones por dejar la presidencia y salir del grupo; la presidenta Marta Ortega cobró 834.000 euros y García Maceiras, consejero delegado, 8,4 millones de sueldo y “primas”.    

En el primer trimestre, la gran banca -Caixabank, Santander, BBVA, Sabadell, Bankinter y Unicaja- ha ganado 5.696 millones de euros, en todo el mundo, un 14% más, pese al pago del impuesto extraordinario de 1.120 millones de euros. El Santander ganó 2.571 millones, Ana Botín ganó 11,7 millones y José Antonio Álvarez 9,6 millones. El BBVA obtuvo 1.846 millones y su presidente Carlos Torres se ha llevado 8,29 millones de euros, casi un 6% más que en 2021.  

El pasado año, Repsol obtuvo 4.251 millones, un 70% más que en 2021. En 2022 Marcadona ganó 718 millones de euros, un 5,5% más que en 2021. Juan Roig, el amo, ganó 11 millones de sueldo y 88 en dividendos. Iberdrola obtuvo en 2022, 4.339 millones de euros, un 12% más. ACS obtuvo 668 millones de beneficio neto, un 66% más. Acciona Energía duplicó resultados en 2022, 759 millones de euros, más del doble que el año anterior. El de Mango fue de 81 millones, un 20% más. Leroy Merlín España obtuvo un beneficio neto de 135 millones de euros, un 25% más. Telefónica ganó 2.011 millones, el 25% de los beneficios extraordinarios de 8.137 millones de 2021, por la venta de activos. Samsung Electronics Iberia ganó 36,8 millones, un 6,66% más que en 2021, y Apple llegó a los 87,3 millones de euros, un 40% más que en 2021.

En 2022, en España el número de ultrarricos -más de 30 millones de dólares de patrimonio- se redujo un 3,7%, pasando de 246.500 personas, en 2021, a 237.400, en 2022. Eso no quiere decir que perdieran su fortuna, sólo que no llegaba al tope mínimo; basta con que tuvieran 29 millones y medio.

Estas cifras sobre la remuneración del capital privado muestran la demagogia de quienes hablan de comunismo bolivariano. Pero hay otras.

8 de julio, para El obrero.es

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