miércoles, 7 de marzo de 2018

José Antonio. Feminismo


Habéis querido, mujeres extremeñas, venir a acompañarnos en nuestra despedida. Y acaso no sabéis toda la profunda afinidad que hay entre la mujer y la Falange. Ningún otro partido podréis entender mejor, porque precisamente en la Falange no acostumbramos a usar ni la galantería ni el feminismo.
La galantería no era otra cosa que una estafa para la mujer. Se la sobornaba con unos cuantos piropos, para arrinconarla en una privación de todas las consideraciones serias. Se la distraía con un jarabe de palabras, se la cultivaba una supuesta estúpida, para relegarla a un papel frívolo y decorativo. Nosotros sabemos hasta donde cala la misión entrañable de la mujer, y nos guardaremos muy bien de tratarla como una tonta destinataria de piropos.
Tampoco somos feministas. No entendemos que la manera de respetar a la mujer consista en sustraerla a su magnífico destino y entregarla a funciones varoniles. A mí siempre me ha dado tristeza ver a la mujer en ejercicios de hombre, toda afanada y desquiciada en una rivalidad donde lleva -entre la morbosa complacencia de los competidores masculinos- todas las de perder. El verdadero feminismo no debiera consistir en querer para las mujeres las funciones que hoy se estiman superiores, sino en rodear cada vez de mayor dignidad humana y social las funciones femeninas.
Pero por lo mismo que no somos galantes ni feministas, he aquí que es sin duda nuestro movimiento aquel que en cierto aspecto especial asume mejor un sentido femenino de la existencia.
J.A. Primo de Rivera: Charla en Don Benito, 28/4/1935, OO.CC.  P. 142  

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