Joan Sardá, en La política
monetaria y las fluctuaciones de la economía española en el siglo XIX (editada
en Madrid en 1948 y reeditada en Barcelona, por Ariel en 1971), explica la
crisis triguera a partir de los años setenta del siglo XIX:
A consecuencia
de la baratura del transporte marítimo combinada con el costoso transporte
interno, resultaba más caro enviar trigo por tierra desde las regiones del
centro a Barcelona que importarlo por mar de Odesa o de América. De este modo,
aquellas regiones perdieron el mercado periférico ante el trigo importado que
abastecía a gran escala la industria harinera de Barcelona.
Aquí estamos ante una opción
del sector librecambista de la burguesía catalana, que favorecía a la periferia
de la costa, y en concreto a Cataluña, en detrimento de las regiones del
interior -la meseta y zonas cerealeras-. Unos años después, el sector textil solicitó
medidas proteccionistas al gobierno central para gravar con altos aranceles la importación
con el fin de no perjudicar la producción catalana, con lo cual el resto del
país no pudo beneficiarse del precio más bajo de tejidos extranjeros,
preferentemente ingleses, y pagó los precios impuestos por el oligopolio
catalán.
Nota para los CDR y otros
iletrados:
Joan Sardá (1910-1995), fue un
economista, profesor en varias universidades nacionales y extranjeras, asesor
del Banco Nacional de Venezuela y de la Comisaría de Banca y Ahorro de la
Generalitat durante la guerra civil. En 1956 pasó a dirigir el servicio de
estudios del Banco de España y fue uno de los promotores del Plan de
Estabilización de 1959, que marcó el cambio de rumbo desde la etapa de
autarquía al modelo de desarrollo de los años sesenta y setenta –“el milagro
español”-. Fue miembro del Banco Mundial y del FMI, consejero del Banco de España
y desde 1968 miembro del Instituto de Estudios Catalanes. Fue miembro también
de la Real Academia de Ciencias Económicas, de la Real Academia de Ciencias
Morales y Políticas. Recibió la Cruz de Sant Jordi, la Medalla de Oro de la
Generalitat y el Premio Rey Jaime I de Economía.
Tenemos, por tanto, a dos
prohombres catalanes, señalando la modernización de la economía española en los
años sesenta y setenta de la dictadura: Joan Sardá, desde el Banco de España, y
Laureano López Rodó, como comisario y luego ministro de los Planes de
Desarrollo Económico y Social (1964-1967; 1968-1971; 1972-1975), que siguieron
al Plan de estabilización de 1959.
Pues hala, nenas y nenes, a
leer.
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