jueves, 5 de marzo de 2020

Cayetana Álvarez de Toledo

A propósito de una noticia de Josegabriel Zurbano

Esta señora, de España no sabe nada; no maneja datos, ni nombres, ni fechas; ni una estadística o una aproximación política o sociológica a la realidad y a la historia de este país que dice amar y defender. 
Los errores sobre esta ignorancia son patentes, pero su labor no precisa de tales conocimientos. Está ahí para agitar a la base social de las derechas y para arremeter como sea contra la izquierda política o social o cualquiera que defienda un reparto más equitativo de la riqueza, y contra quién disienta de los postulados neofranquistas del PP, defendidos por Casado y regurgitados ahora por Vox. 
Su mejor baza para esta servil labor a favor de los ricos es su selecta postura de clase, esa altivez con que trata a los demás como si fueran subordinados suyos -la mucama, el chófer, el portero, el jardinero-, a los que tolera sus modales poco refinados y sus rústicas pretensiones de atreverse a hablar con ella antes de ser preguntados. 
Se le nota en exceso que ha sido -y se lo ha creído- la reina del club de hípica, pero eso choca con su labor de portavoz de un partido populista que se dice "popular", pero de clase, con dinero y con demasiados aristócratas en sus filas.

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