miércoles, 20 de marzo de 2019

El derecho a llevar armas

Sobre un posteo de Monse AC y unos comentarios de Pablo Iglesias


Pablito Iglesias es un imprudente y un ignorante. 
La democracia es un sistema de representación que se legitima por la discusión y luego por el voto de la mayoría para decidir entre opciones distintas, pero se funda en una noción de la actividad política que tiene como fin principal atemperar los conflictos y resolverlos por vía pacífica. La posesión de armas por ciudadanos particulares no favorece eso, sino la tendencia contraria, que ha sido, hasta ahora, la de la historia de la humanidad. 
La definición de Clausewitz de que la guerra es la continuación de la política por otros medios, es decir el recurso general al usar las armas, acaba no sólo con la noción de política indicada más arriba sino con la propia noción de democracia, pues deja de tener sentido tratar de convencer con argumentos, si se puede vencer usando las armas. 
En democracia, quienes negocian siempre pierden algo para tratar de llegar a un acuerdo que satisfaga a las partes en litigio; en la guerra el que gana se lo llevo todo e impone sus condiciones al vencido.
Es más, la seguridad de los ciudadanos es un derecho que acompaña a los otros derechos, y, por lo tanto, es una ineludible competencia del Estado, de ahí que deba ser pública, no privada, y resuelta por cada cual, bien recurriendo a tener armas en propiedad o recurriendo a empresas (ejércitos privados, guardas jurados, alarmas, guardaespaldas, etc), con lo cual el Estado moderno, que es el único que puede hacer uso de la violencia legítima, retrocede ante el derecho de los particulares, que creen vivir en el estado de naturaleza, en guerra o en desconfianza permanente unos de otros. Es decir, desde el punto de vista de las ideas políticas, volvemos a tiempos previos a Rousseau, a Locke y a Hobbes.
Una de las características de los sociedades, o mejor comunidades, que vivían en el estadio de barbarie es que no existían cuerpos armados (soldados), sino que todos los hombres participaban en actividades armadas de ataque o defensa (eran guerreros). En cierto modo, y a pesar de tener el ejército más poderoso del mundo de cara al exterior, en EE.UU. internamente está muy extendida la idea de que cada persona o cada familia pueden defenderse por sí mismas. Un efecto perverso, creo yo, del individualismo y de la historia del país (la conquista y colonización del Oeste).

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