La izquierda y la derecha son productos del país, tan típicos como los
toros, los churros o las gambas al ajillo. Y este país, por su historia
política, económica y académica, es poco racional; es emotivo, crédulo e
ignorante; primitivo y espontáneo. Lo mejor de la universidad, lo crítico, lo
avanzado, lo racional, se vació con la derrota de la República (que sucedió a
un régimen desgastado y corrompido) y, tras la guerra civil, fue rellenada con
rábulas del Movimiento Nacional, y eso dio sus resultados en gran parte de la
clase política y económica que hizo la transición y no se corrigió después; la
universidad está burocratizada, tomada por grupos de presión políticos y
confesionales; aburre, agoniza, es un muermo. La gran obra destructora de
Franco durará más de cien años, que se dice pronto. Y una de las consecuencias
es la mediocridad y la corrupción de élites políticas, económicas y culturales,
que deberían ser un ejemplo para la gente corriente.
Falta cultura, ejercicio de la libertad, discusión, democracia, laicismo,
tolerancia, pragmatismo, racionalidad, generosidad y mirada a largo plazo y alrededor
(al mundo) en las clases que dirigen, no te digo ya en las que no lo hacen.
Mucha ignorancia, despreocupación por lo que no sea evidente e inmediato, mucho
fútbol y poca lectura. Sobra opinión visceral y propuestas maximalistas. Y
sobran postín y postureo; somos postineros, en dinero, en posición y en saber; solemos ir de "enteraos". Y
sobra intransigencia respecto a las opiniones discrepantes. Políticamente es
difícil discutir, y casi imposible llegar a acuerdos. Poca gente se toma la molestia de escuchar; nos gusta hablar, pero no escuchar, y lo que parecen diálogos, en realidad son monólogos simultáneos.
El caso de la monarquía es un claro ejemplo. Su restauración fue
problemática desde el punto de vista de la legitimidad, pero, bueno, se hizo,
los partidos políticos la aceptaron, pero el problema vuelve a salir ahora, y
no está resuelto, ni para mucha gente que hizo la transición ni desde luego
para los que nacieron después. Y podría resolverse con un referéndum, que, al
menos hoy (más adelante no lo sé), daría la victoria a los monárquicos. Eso
daría una legitimidad irrebatible. Pero con la derecha de este país no hay
manera; porque es irracional y autoritaria.
Podemos. No es como IU, que desea permanecer en la oposición para siempre.
Podemos aspira a gobernar, por tanto sólo puede crecer con un programa amplio,
que será un populismo de izquierdas o algo parecido. No creo que sea un
monstruo muy distinto de los que hay; les faltan tablas y hay que dejarles que
aprendan y se den cuenta de que las movilizaciones se acaban y que las
estructuras perduran. A lo mejor inventan algo nuevo y mejor será que lo hagan
manteniendo una relación estrecha con los ciudadanos sin dejarse encerrar en
las instituciones como les ha ocurrido a los demás.
Cataluña y País vasco son casos típicos de cerrilismo. Objetivamente son
movimientos reaccionarios, sobre todo el caso de ETA, que es un producto del
siglo XIX, es carlismo en estado casi puro, con un envoltorio tercermundista. Y ERC no le va a la zaga.
Mensaje al Perich (17/6/2014)
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