jueves, 14 de marzo de 2019

Cosas de Spain


La izquierda y la derecha son productos del país, tan típicos como los toros, los churros o las gambas al ajillo. Y este país, por su historia política, económica y académica, es poco racional; es emotivo, crédulo e ignorante; primitivo y espontáneo. Lo mejor de la universidad, lo crítico, lo avanzado, lo racional, se vació con la derrota de la República (que sucedió a un régimen desgastado y corrompido) y, tras la guerra civil, fue rellenada con rábulas del Movimiento Nacional, y eso dio sus resultados en gran parte de la clase política y económica que hizo la transición y no se corrigió después; la universidad está burocratizada, tomada por grupos de presión políticos y confesionales; aburre, agoniza, es un muermo. La gran obra destructora de Franco durará más de cien años, que se dice pronto. Y una de las consecuencias es la mediocridad y la corrupción de élites políticas, económicas y culturales, que deberían ser un ejemplo para la gente corriente.
Falta cultura, ejercicio de la libertad, discusión, democracia, laicismo, tolerancia, pragmatismo, racionalidad, generosidad y mirada a largo plazo y alrededor (al mundo) en las clases que dirigen, no te digo ya en las que no lo hacen. 
Mucha ignorancia, despreocupación por lo que no sea evidente e inmediato, mucho fútbol y poca lectura. Sobra opinión visceral y propuestas maximalistas. Y sobran postín y postureo; somos postineros, en dinero, en posición y en saber; solemos ir de "enteraos". Y sobra intransigencia respecto a las opiniones discrepantes. Políticamente es difícil discutir, y casi imposible llegar a acuerdos. Poca gente se toma la molestia de escuchar; nos gusta hablar, pero no escuchar, y lo que parecen diálogos, en realidad son monólogos simultáneos.

El caso de la monarquía es un claro ejemplo. Su restauración fue problemática desde el punto de vista de la legitimidad, pero, bueno, se hizo, los partidos políticos la aceptaron, pero el problema vuelve a salir ahora, y no está resuelto, ni para mucha gente que hizo la transición ni desde luego para los que nacieron después. Y podría resolverse con un referéndum, que, al menos hoy (más adelante no lo sé), daría la victoria a los monárquicos. Eso daría una legitimidad irrebatible. Pero con la derecha de este país no hay manera; porque es irracional y autoritaria.   

Podemos. No es como IU, que desea permanecer en la oposición para siempre. Podemos aspira a gobernar, por tanto sólo puede crecer con un programa amplio, que será un populismo de izquierdas o algo parecido. No creo que sea un monstruo muy distinto de los que hay; les faltan tablas y hay que dejarles que aprendan y se den cuenta de que las movilizaciones se acaban y que las estructuras perduran. A lo mejor inventan algo nuevo y mejor será que lo hagan manteniendo una relación estrecha con los ciudadanos sin dejarse encerrar en las instituciones como les ha ocurrido a los demás.

Cataluña y País vasco son casos típicos de cerrilismo. Objetivamente son movimientos reaccionarios, sobre todo el caso de ETA, que es un producto del siglo XIX, es carlismo en estado casi puro, con un envoltorio tercermundista. Y ERC no le va a la zaga. 

Mensaje al Perich (17/6/2014)


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