domingo, 16 de julio de 2017

Lakoff. Think tanks

Gracias al trabajo de sus think tanks -escribe Lakoff (2007, 130)-, de sus profesionales del lenguaje, de sus escritores, de sus agencias publicitarias y de sus especialistas en los medios, los conservadores han impuesto una revolución en el pensamiento y en el lenguaje durante treinta o cuarenta años. Utilizando el lenguaje, han tildado a los liberales[1], cuyas políticas son populistas, de elitistas decadentes, de despilfarradores no patrióticos, de liberales de limusina, de liberales frívolos, de liberales de muchos impuestos y de mucho gasto, de liberales holliwoodienses, de liberales de la Costa Este, de élite liberal, de liberales inconsistentes, etc. Al mismo tiempo, han calificado a los conservadores, cuyas políticas favorecen a la élite económica, de populistas
Lakoff, G. (2007): No pienses en un elefante, Madrid, UCM

Según Lakoff (2008, 61), en los últimos treinta años, los conservadores se han gastado más de 4.000 millones de dólares en formar una red de think tanks y de institutos de opinión y formación.
Lakoff, G. (2008): Puntos de reflexión. Manual del progresista, Barcelona, Península.





[1] Lakoff utiliza aquí el término <liberales> en sentido americano; es decir, progresistas o demócratas.

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