lunes, 27 de marzo de 2023

"Contabilidad" bancaria

En la España "en desarrollo", en las familias numerosas de la "sufrida clase media" era frecuente orientar a sus vástagos mayores hacia estudios de tipo profesional no muy largos, ni muy caros, con el fin de que pronto encontraran un empleo y ayudaran con su sueldo a complementar los ingresos del "pater familiae" para sacar adelante al resto de la parentela. Las chicas eran convenientemente conducidas hacia el aprendizaje del corte y la confección, la mecanografía, el secretariado, los estudios de magisterio y enfermería y los chicos hacia la formación profesional, que entonces era muy amplia, por ejemplo, había un bachillerato profesional de banca, y los estudios de administración. Así que yo, como tantos otros, urgido por la necesidad de encontrar empleo, estudié teneduría de libros, contabilidad general, técnica de empresas, economía y estadística y derecho mercantil, entre otras asignaturas similares, que me pusieron en contacto con la administración del capitalismo sin yo percatarme, porque estudiaba el funcionamiento de empresas católicas y paternales, de empresas como Dios manda, y también el Caudillo, que mandaba mucho, y su reflejo en los libros contables, pero sin que apareciera la lucha de clases, que, como tantas otras cosas, estaba prohibida por la autoridad competente. Pero existir, existía, aunque no apareciera, salvo algún atisbo, en la aplicación española de las normas de fray Lucas Pacioli, franciscano amigo de Leonardo da Vinci, que inventó la contabilidad por partida doble... o de doble apunte, el Debe y el Haber. Es fácil: si vendo una camiseta de lana "La camerana", un sombrero Brave (de aquellos que se anunciaban con el lema: los rojos no usaban sombrero) o unos guantes "Mario Herrero", sale mercancías y entra dinero en caja. Si para fabricar las camisetas compro lana, me entran primeras materias y se sale caja, si pago en efectivo. A escala particular tambie´n ocurre lo mismo, lo que sucede es que nadie de acuerda de Pacioli. Si me compro una uniforme en "Benítez", una gabardina en Manufacturas Franco" o un traje de primero comunión en Casa Ramona, entonces entra mercancía (ropa, o vestimenta en el armario) y sale dinero de caja (de mi bolsillo). Bueno, pues todas las operaciones de las empresas recibían ese tratamiento y al final del ejercicio económico había que cuadrar el balance, los ingresos y los gastos y ver si había beneficio. Al final la cuenta de Pérdidas y Ganancias mostraba el resultado de la marcha de la empresa durante un año. Todo este rollo viene a cuento de que eso era antes, pero ahora con la nueva economía y la contabilidad creativa, ya no logro enterarme, porque los conceptos han cambiado. Por ejemplo, según la noticia adjunta, la cuenta de resultados de los bancos se ha remozado, “racionalizado” o “ajustado” a las imperiosas necesidades del mercado financiero y en vez de Pérdidas y Ganancias, lo que aparece es Ganancias y Más Ganancias. O tal como aparecía en la noticia de ayer, Ganancias y Resiliencia social. Si fray Luca levantara la cabeza…



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