El manantial (King Vidor, 1949), película basada en la novela de Ayn Rand The Fountainhead (1943). La película, cuyo guion vigiló atentamente la autora, es un alegato en favor del individualismo de un arquitecto rebelde, convencido de su obra, contra la opinión de los demás, producto de la filosofía de Rand, que en su novela queda expuesta en el siguiente parágrafo:
El problema
básico del mundo moderno es la falacia intelectual de considerar que la
libertad y la coerción son opuestas. Para resolver los gigantescos problemas
que agitan el mundo de hoy, debemos esclarecer nuestra confusión mental.
Debemos adquirir una perspectiva filosófica. En esencia, libertad y coerción
son la misma cosa. Les daré un ejemplo: los semáforos restringen su libertad de
cruzar la calle cuando lo desean. Pero esa restricción les da la libertad de no
ser atropellados por un camión. Si se les diera un trabajo y se les prohibiera
abandonarlo, se restringiría la libertad de sus carreras, pero se les daría la
libertad de no temer al desempleo. Siempre que se impone una nueva coerción
sobre nosotros, automáticamente ganamos una nueva libertad. Las dos son
inseparables. Sólo aceptando la coerción total podemos conseguir nuestra
libertad total.
Claro que Rand se olvida decir quién
controla el semáforo, que, en definitiva, es la metáfora del poder que
administra el tiempo de paso en uno u otro sentido. Pero el mundo no está
regido por mecánicos semáforos, ni tampoco el ejemplo es acertado, porque, en la
realidad el semáforo (el poder) señala tiempos de paso diferentes para unos u
otros peatones, y así, dependiendo de la clase social, unos siempre tienen el paso
expedito hacia sus objetivos, con la luz del semáforo en permanente color verde,
mientras otros están detenidos, sin quererlo, por la prohibitiva luz roja.
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