viernes, 19 de abril de 2019

Sobre la Transición

Dice Antonio Capitán.
En el 78 y en la Transición, “ El Poder” inoculó a los españoles un Síndrome de Estocolmo respecto a los nacionalismos catalán y Vasco presentándolos como ideologías justas y “víctimas” del franquismo cuando en realidad la burguesía catalana y vasca habían sido los grandes beneficiarios. Y el peor peaje que los españoles pagamos fue el absurdo de hacer oficiales e iguales sus lenguas regionales respecto al Español, con lo cual nos quedamos preparados (y mirando a Cuenca) para aceptar todos los absurdos que vinieron posteriormente.

Mi respuesta:
No fue el poder así en abstracto; fue la situación, la crisis económica (fortísima), la inestabilidad política, la amenaza golpista, el terrorismo de ETA, la habilidad de los nacionalistas, que fueron muy listos, y la debilidad de la izquierda respecto al tema nacional.

Pero, ¿cuál poder? ¿Quién era "el" poder? ¿El rey? ¿El Gobierno? Tenía poder, pero no todo el poder. ¿No tenían poder los militares? ¿No tenía poder ETA? ¿No tenía poder la banca? ¿Carecía de poder la Conferencia Episcopal? ¿No tenían poder algunas viejas instituciones frente a las nuevas e inseguras? Y la magistratura ¿no tenía poder? ¿Y los empresarios tenían poder? ¿Y la prensa, no tenía poder? Y la gente que se movilizaba en la calle, ¿no tenía poder? Y los que no se movilizaban ¿tenían poder? ¿Y la OTAN? ¿Y el Mercado Común Europeo?

Había un montón de factores actuando, múltiples fuerzas de distinta entidad y magnitud empujando en distintos sentidos, y lo que salió fue una resultante. Sin tener en cuenta todos esos factores es difícil hacerse una idea cabal del proceso y del resultado.

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