Good morning, Spain, que es different
Rajoy ha vuelto a mostrar sus escasas
dotes de orador y al mismo tiempo su destreza en el uso de una lógica implacable.
Ha sido el día 12 de mayo, en Talavera, tierra de alfareros, donde comenzó su
perorata aludiendo al tópico del lugar y advirtiendo a sus seguidores para que
prepararan sus neuronas, porque, desde el principio, su discurso iba a ser
rigurosamente racional, cartesiano.
“La cerámica de Talavera no es cosa menor, dicho de otra manera, es
cosa mayor”. Pasmo entre los talaveranos por la contundencia de
un razonamiento que, por boca de un foráneo, les venía a descubrir el arte de
dar forma y color a la arcilla y al barro pajizo al que deben su industria y su
fama desde hace siglos.
Sentada la premisa -lo que no es cosa
menor es cosa mayor-, Rajoy dejó constancia de que no se había desplazado hasta
allí para hablar de botijos y decidió meterse en harina con valentía para hablar
de política, porque cree, ingenuamente, que es lo suyo. De entrada, hizo una
preliminar distinción sobre los diferentes gobiernos: "No es lo mismo
que gobierne uno que gobierne otro. No es lo mismo. Dicho de otra manera: es
muy distinto".
Más pasmo entre los talaveranos
presentes, que aplaudieron a rabiar, porque el Líder venía a confirmar lo que
ellos ya habían intuido. Parece evidente, pero el mensaje tiene su intríngulis,
pues Rajoy, que sigue el lema de instruir deleitando, enunció una ley general
para que cada cual sacase después las conclusiones pertinentes con los gobiernos de
sus preferencias. Rajoy, utilizando el método socrático, lanzaba la idea que
debía ser completada por cada uno de sus seguidores para que el conocimiento de
la realidad se alcanzase de forma mayéutica. Era un mitin participativo, en el
que los oyentes ponían de su parte lo que no ponía el orador. La imaginación al
poder.
Viniéndose arriba, decidió abundar en
el tema del gobierno y en las dificultades que conlleva servir a España desde
La Moncloa, lanzando esta andanada llena de verdad: “Gobernar no es lo mismo que intervenir en
una tertulia, no es lo mismo. Es difícil, hay que tomar decisiones, tener las
ideas claras, saber cuáles son los objetivos, hay que priorizar”.
Algún crítico precipitado podría
señalar que eso, precisamente eso, es lo que le falta a él, empezando por las
ideas claras y terminando por los objetivos, pero se equivocaría, porque Rajoy tiene
larga experiencia en el tema de decidir. En otra ocasión ya había expresado la
complejidad de su pensamiento sobre el asunto con una frase memorable: “Las
decisiones se toman en el momento que deben tomarse”. Matizada, también, cuando saltó a la
opinión pública el asunto de Bárcenas: “Las
decisiones más necesarias son muchas veces las más difíciles de tomar”. Y entonces
adoptó la brillante decisión de enviar un mensaje telefónico al tesorero y sin
embargo amigo, y sin embargo empleado cesado con un finiquito simulado en
diferido: “Luis, sé fuerte. Aguanta”.
Aunque la “filosofía” de Rajoy sobre las decisiones suele ser otra: “A veces la mejor decisión
es no tomar ninguna decisión, y eso es también una decisión”. Es decir, su forma
habitual de gobernar es no decidir y obedecer a la Troika.
En el mitin, Rajoy instó a los suyos a confiar en el PP como un
partido de "ideas profundas y de convicciones
firmes", frente a los que se dedican a "frivolizar" e "intervenir en tertulias", y a
rechazar cualquier cambio de gobierno para volver atrás, a las recetas de los
socialistas, “que nos dejaron lo que nos
dejaron”, con lo cual quedó claro a los asistentes, lo que los socialistas
dejaron, que, era, en realidad, el modelo de crecimiento de Aznar asumido por el
tontaina de Zapatero.
Recordó que el "gran objetivo nacional" es la creación de empleo, por si no lo habían advertido, y recomendó no distraerse “con comentarios, cotilleos y cosas que no importan". O sea, que no hicieran caso de la corrupción (de Matas, de Camps, de Costa, de Castedo, de Granados, de Blesa, de Gowex, de Cofely, de Rato, de Pujalte, de Trillo, de Conde, de los parques eólicos, de Rus, del despacho de Montoro, de las empresas de Lamela, de Madrid Network y de los casos que se puedan conocer hasta el día 24 y aún más allá). O sea, que después de un mitin tan racional les pidió un acto de fe.
Recordó que el "gran objetivo nacional" es la creación de empleo, por si no lo habían advertido, y recomendó no distraerse “con comentarios, cotilleos y cosas que no importan". O sea, que no hicieran caso de la corrupción (de Matas, de Camps, de Costa, de Castedo, de Granados, de Blesa, de Gowex, de Cofely, de Rato, de Pujalte, de Trillo, de Conde, de los parques eólicos, de Rus, del despacho de Montoro, de las empresas de Lamela, de Madrid Network y de los casos que se puedan conocer hasta el día 24 y aún más allá). O sea, que después de un mitin tan racional les pidió un acto de fe.
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