viernes, 22 de mayo de 2015

El tesorero vuelve

Good morning, Spain, que es different

El tesorero vuelve al tesoro

Ha sonado el timbre de la puerta en Génova 13 (Rue del Percebe), pero al abrir no estaba en el umbral una señorita de Avon vendiendo productos de belleza, sino el antiguo repartidor de sobres, el muñidor de apaños financieros, el evasor de confianza, el contable fiable, el subvencionador de guatequines infantiles con confeti y choped ibérico de bellota y el conseguidor de otras muchas maravillas, el mismísimo Luis Bárcenas.
Recién salido de la trena (“De Ávila”, decía Tony Leblanc en “Los tramposos”), Bárcenas vuelve a la vida activa y pública para preguntar qué hay de lo suyo, como antes los perceptores de sobres le preguntaban a él “qué hay de lo mío” hasta que soltaba la manteca, porque el PP es un partido jerárquico pero adiposo y bien engrasado.
Una vez que el juez instructor ha reconocido que el PP se ha estado financiando de manera ilegal durante dos décadas y que se extienden hacia atrás y hacia arriba las responsabilidades del caso, Bárcenas vuelve para recuperar el lugar que le corresponde, el de aplicado tesorero (y a ratos senador) a las órdenes de quienes han dirigido y dirigen sin resistencias internas un partido organizado verticalmente, en el que no se hace un movimiento que no esté autorizado por el líder, mucho menos lo referido al dinero, que es su principal razón de existir ("Estoy en política para forrarme"). Bárcenas quiere su dinero o volver a su puesto de diligente empleado. 
Ahora resulta que el finiquito simulado en diferido ha quedado en una simple propina para que aceptara pasar una temporada en el mako (“Sé fuerte, Luis. Aguanta”), pero el despechado tesorero lo interpreta como un despido improcedente (“Mariano, sé fuerte. Y paga”), que, de acabar en los juzgados, puede dar la razón al demandante y obligar a la empresa, es decir al partido- Gurtel & Company, a reintegrarle en su puesto de trabajo o a indemnizarle con un finiquito verdadero, un refiniquito, un copago de finiquito final o cualquier otra fórmula original que madame Cospedal se saque de la manga.

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