martes, 25 de febrero de 2020

La buena prensa del “procés”


Hay que admirar la habilidad y el tesón de los propagandistas del “procés” para que un proyecto reaccionario, autoritario y excluyente, que no hay por donde cogerlo desde un punto de vista medianamente cívico, haya logrado tener en el extranjero buena prensa no sólo entre gentes de izquierda, que deberían juzgarlo de acuerdo con valores propios de su credo, sino de personas bien intencionadas impulsadas por valores civiles, democráticos, igualitarios y solidarios.

Hace unos días, un artículo de Flores D’Arcais ”Una enorme y frágil esperanza” (El País, 6/2/2020), glosaba el programa del PSOE y Podemos en términos propios de la izquierda en los aspectos generales. Se podría decir que se mantenía en el marco de la ortodoxia desde el punto de vista de los valores tradicionales, pero, que, al final del texto, eran arrojados por la borda cuando se refería a la “cuestión catalana”, que merecía obviamente “un examen por separado”, que no aparecía, pero sí la conclusión.
“La permanencia en prisión de Junqueras y de todos los demás condenados sigue siendo una vergüenza y un obstáculo, y es de esperar que un Gobierno capaz de acrecentar rápidamente los consensos mediante su política social y de defensa de las libertades sepa encontrar las herramientas legales para ponerle fin. De lo contrario, la fragilidad podría derivar en desplome”.
Deduzco de sus palabras que algunas cosas de Salvini no le parecerán mal, ni tampoco el proyecto de la Padania.
Hace unos días, cenando con unos amigos franceses que estaban de paso, y hablando de todo, de la UE, de Francia, de Macrón, de los chalecos amarillos y, claro de España y del “procés”, me hablaron de la represión en Cataluña, de la violación de los derechos civiles, etc. 
Naturalmente, les saqué de esa percepción y les pregunté que dirían si los bretones decidieran de modo unilateral separar Bretaña de Francia. Eso es impensable, me contestaron sin dudar un minuto. Lógico. 
O sea que escindir una porción de un país es impensable en Francia, rechazable en Italia, injustificable en Alemania (Baviera), intolerable en Estados Unidos (les costó una guerra civil), pero es admisible es España. 
Debe ser que Spain sigue siendo different y que el independentismo es un producto "typical spanish".


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