sábado, 25 de agosto de 2018

La dictadura franquista (1)


Por factores que ahora sería largo enumerar, como la corrupción política, la desafección ciudadana hacia los gestores públicos, los efectos de la recesión económica, el auge del independentismo, la difícil aplicación de la Ley de la memoria histórica o la cercana exhumación de los restos de Franco, entre otros, se ha acentuado el discurso crítico sobre la Transición, sostenido con frecuencia por tópicas visiones del adanismo más simple, de modo que, aprovechando las vacaciones, he impartido una especie de breve seminario familiar, dicho de forma solemne, sobre el franquismo y espero continuarlo con la transición.
En realidad han sido una serie de charlas matinales con mis hijas para explicar, de manera rápida y ordenada, primero, y estimular su conocimiento después, unas etapas de la historia de España que en los apretados planes de estudio suelen ser tratadas de forma apresurada o superficial, cuando no son claramente orilladas con el pretexto de la falta tiempo, confiando en que los alumnos rellenen por su cuenta tales vacíos.
Una vez realizado el esfuerzo para la familia, ofrezco el guion, con algunos datos y fechas, porque estimo más importante la perspectiva general que los detalles, debiendo advertir, claro está, que la selección de hechos que configuran el relato está realizada desde mi punto de vista político y geográfico y que, sin bibliografía a mano y con difícil conexión a internet, ha dependido en gran medida de una memoria ya flaca, completada con algunos datos al regreso de las vacaciones.
El guion no marca un canon ni mucho menos, sino una apretada síntesis de hechos conocidos, que cada uno puede aumentar o matizar según su parecer y recuerdos, su punto de vista y su ubicación geográfica, para insertar su particular peripecia en los sucesos de aquellos años, en el supuesto de que los viviera y de que le interese realizar a día de hoy ese -útil o inútil- ejercicio de introspección.
Sugiero, igual que lo he facilitado a mis hijas, el título de algunas películas que pueden ayudar a los más jóvenes a hacerse una idea de cómo era la España de entonces, que, modestamente, estimo que es una gran laguna en el repertorio de conocimientos académicos de las nuevas generaciones. Y quizá de las viejas.

EL RÉGIMEN FRANQUISTA (1939-1975)
Primera etapa. 1939-1959. Autarquía y dictadura, pura y dura
El 1 de abril de 1939, acaba la guerra civil -la “cruzada”- con la victoria de las derechas del bando alzado el 18 de julio de 1936. Derrota de la República y exilio de republicanos. Septiembre: comienza la IIª Guerra Mundial. España aliada de la Alemania de Hitler y de la Italia de Mussolini. “División azul” a Rusia (1943).
Castigo a los vencidos; expolio de sus partidos y sindicatos. Dictadura de clase de tipo fascista. Falange en el Gobierno. Represión masiva; causa general contra “los rebeldes” (que fueron los leales al régimen legal); ley de responsabilidades políticas, 150.000 personas ejecutadas y desaparecidas (enterradas en lugares ignotos). Primeras leyes del Régimen: Fuero del Trabajo, Ley de Cortes, Fuero de los Españoles, Ley de Sucesión, Principios del Movimiento Nacional.
La (simbólica) España imperial: “Una, grande y libre”. Estado corporativo, vertical y autoritario. Vías de representación política: familia, municipio y sindicato.
Poderes extraordinarios de Franco: Jefe del Estado, del Gobierno[1], del Ejército y del partido único (Movimiento Nacional); preside el Consejo Nacional y la Junta de Defensa Nacional, designa a los presidentes de las Cortes, del Tribunal Supremo y el de Cuentas, del Consejo del Reino, del Consejo de Economía Nacional y al Jefe de la Organización Sindical, nombra a los ministros del gobierno, a 40 consejeros nacionales, a 25 procuradores en Cortes, interviene en el nombramiento de obispos y designa a su sucesor (futuro rey).
Partido único: el Movimiento Nacional -la Falange, las JONS y la Comunión Tradicionalista (carlistas)-. Sindicato único -Central Nacional Sindicalista-, que agrupa a empresarios y trabajadores. Religión única: poderes y privilegios de la Iglesia católica: asignatura obligatoria en la enseñanza -las 3 “marías” (religión, FEN[2], gimnasia)-, censura, calendario oficial, representación en las Cortes.
Propaganda: planes de estudio, censura previa de prensa y edición. Agencias oficiales de noticias: EFE y Pyresa. Cadena de Prensa del Movimiento (40 diarios, 95 revistas); Radio Nacional (monopolio de la información: “el parte”); red de emisoras de radio del Movimiento (un centenar). NO-DO, noticiario obligatorio en los cines; años 40 y 50, cine “imperial” y católico: “Alba de América”, “Raza”, “A mí, la legión”, “Juana la Loca”, “Jeromín”, “Balarrasa”. Luego, neorrealismo español y novela y teatro social.
1945: acaba la IIª Guerra Mundial con la derrota del eje Berlín-Roma-Tokio. El mundo se divide en dos bloques dirigidos por EE.UU. y la URSS. Guerra fría. El régimen de Franco, superviviente pero aislado, queda fuera de la ONU (retirada de embajadores).
Autarquía: producción para el consumo interior (atraso tecnológico, carencia de materias primas). Escasez, cartillas de racionamiento; mercado negro. Ayuda de Perón (carne y trigo). Precariedad: falta de viviendas (realquilados) (“El pisito”, “El verdugo”); trabajo: sueldos bajos, largas jornadas, pluriempleo.
1950: EE.UU. abre embajada en España. Primeras respuestas populares a la dictadura: 1951: boicot a los tranvías en Barcelona; 1952: huelgas mineras en Asturias. 1952: España admitida en la UNESCO.
1953. Fin del aislamiento: Concordato con el Vaticano y acuerdos con EE.UU. (créditos, bases militares, radio Liberty). 1955: España en la ONU. (“Bienvenido, míster Marshall”).
1956: TVE empieza a emitir. Protestas estudiantiles en varias universidades; tres meses de estado de excepción. XXº Congreso del PCUS, informe crítico sobre Stalin. Jruschov propone la “coexistencia pacífica” con el bloque occidental; el PCE: la “reconciliación nacional”, democrático abrazo de las dos Españas.
1958. Huelgas mineras en Asturias (pozo “La Camocha”: embrión de CC.OO.). Ley de convenios colectivos. Tratado de Roma (Benelux, RFA, Francia, Italia): Mercado Común Europeo.
1959. Fin de la autarquía. Plan de Estabilización. Depreciación de la peseta; bajón salarial, emigración, entrada de capital extranjero; parcial liberalización económica, comercio exterior. De forma subordinada, modesta, parcial y tardía España se une al bloque occidental y al neocapitalismo europeo (capitalismo controlado, régimen democrático y Estado del bienestar).


[1] Hasta junio de 1973, en que Carrero Blanco ocupa el cargo.
[2] Formación del Espíritu Nacional.

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