Pasea por Brooklyn, aunque no seas un ángel
La película “Un ángel pasó por Brooklyn”,
un cuento sobre el castigo que recibe un casero avariento que hace la vida
imposible a sus inquilinos, fue rodada en Madrid con magníficos decorados y planos
de apoyo e imágenes de Nueva York, con tanta perfección que parece que el avaro Bossi
(Peter Ustinov), un especie de míster Scrooge de Dickens, y sus sufridos
convecinos vivan realmente en Brooklyn.
También allí transcurre la vida de una
familia de trabajadores, que, en los años cuarenta, vive todo el día con la
radio encendida (“Días de radio”).
Este barrio, grande, pintoresco y
multirracial, que tiene de todo, desde un gigantesco museo hasta el parque de
atracciones Luna Park en la playa de Coney Island, merece verse con calma, pero
si se dispone de poco tiempo entonces el paseo por el puente que cruza el East
River es ineludible. Primero hay que desplazarse hasta allí por cualquier
medio, pero lo importante es volver andando y recorrer los 1.800 metros de ese
puente, concluido en 1883, que combina ladrillo y cable, para irse acercando al
sur de Manhattan mientras se disfruta de una vista panorámica inolvidable.
El paseo concluye en una plaza
ajardinada -City Hall Park-, al costado de Broadway, donde se ubica el
ayuntamiento neoyorquino. Un lugar sombreado, ideal para sentarse, descansar y comerse
un hot-dog mirando las ardillas o acercarse
al viejo edificio, que data de 1812, y a la estatua de Nathan Hale, joven
capitán de la milicia continental, que fue ahorcado por los ingleses cuando
espiaba para el ejército de Jorge Washington.
Allí cerca, yendo hacia el sur, en
dirección a la Zona Cero, en la esquina de Broadway y Park Place se levanta el
edificio Woolworth, una estilizada torre de tejado verde con aspecto de
catedral gótica. Concluido en 1913, por encargo de Frank W. Woolworth,
propietario de unos grandes almacenes (en Madrid, hubo al menos dos sucursales,
en la calle de Serrano y en Arapiles). Con 57 plantas fue el edificio más alto
del mundo hasta que se construyeron el Chrysler en 1930 y el Empire State en
1931.
En sentido opuesto, hacia el norte, está
la zona de los juzgados, escenario de muchas películas -“Falso culpable”, “Michael
Clayton”-, y entre Centre Street y Lafayette Street, está la placita dedicada a
Thomas Paine, un inglés unido a las filas de los continentales, que escribió
dos obras importantes para la causa de la independencia: “El sentido común” y
“Los derechos del hombre”.
Muy próximo está el barrio chino (“Manhattan
Sur”)- y un poco más arriba el barrio de los italianos -Little Italy-, célebre
por las películas de gangsters y de mafiosos,
pero ya no es lo que era, porque dicen que está comprado por los industriosos vecinos
de Chinatown.
Frente a Little Italy, pero al
otro lado de Broadway, se encuentra el Soho, el barrio donde se rodaron “Ghost”
y “Hanna y sus hermanas”.
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