El otro día, en una de las pocas librerías merecedoras de
tal nombre que quedan en Madrid, me topé con un ejemplar de “España tal como
es” de Valentí Almirall. Inmediatamente dije: ¡mío! Y gracias a esa decisión
estoy pasando buenos ratos leyendo la obrita de este federalista sobre la
España finisecular (la primera edición, en artículo, es de 1887), pues, a pesar
de sus tópicos y exageraciones, ofrece un buen retrato de los años finales del
siglo XIX y del pantano que fue restauración borbónica de 1875, la Restauración
por excelencia, pero no la primera ni la última.
Así escribe Antoni Jutglar en el Estudio preliminar: “Resulta
indudable que “España tal como es” constituye el trabajo de Valentí Almirall de
mayor envergadura sobre la problemática del conjunto español. Señaladas las
exageraciones, las caricaturas y sarcasmos que contiene la obra, lo más
importante de la misma es su denuncia, sin tapujos ni enmascaramientos, de la
realidad caciquista de la España de la Restauración. Con lo cual, insisto, se
adelante en muchos años a la labor de
Joaquín Costa (… que) Valentí Almirall había denunciado meridianamente,
aportando material, datos y ejemplos de valor muy estimable (…) Al mismo
tiempo, con sus exageraciones indiscutibles, Almirall nos presenta la mediocre
realidad de aquella España, en que se encontrarían inmersos los miembros de la
generación del 98 (…) Ese retrato general de una España llena de defectos y
precariedades (a pesar de las palabras y oropeles con que los políticos de la
Restauración pretendían esconder la menguada realidad de una España
esclerótica, explotada por unos cuantos señoritos, paniaguados, etc) es una
obra maestra de la pluma de Almirall y constituye un documento de gran
importancia para la reconstrucción de una época que está -todavía-
relativamente cercana y que, por tanto, sigue pesando de alguna manera sobre
nuestro presente”.
Esto indicaba Jutglar en 1983, pero el tiempo transcurrido
desde que la obra fue escrita, a finales del siglo XIX, y prologada, a finales
del siglo XX, no ha quitado interés a su lectura en el siglo XXI, pues parte de
los hechos y, sobre todo, de las actitudes de entonces son fáciles de reconocer
en la España de nuestros días, que parece sacudida por el choque entre la prisa
de los seguidores más fanáticos de Almirall y la indolencia de los seguidores
más mediocres de Cánovas del Castillo, que carecen de la habilidad y la cultura
de este. Los primeros son conscientes del momento de crisis y tratan de
aprovecharlo en su favor; los segundos, se resisten a reconocer la agonía de
este régimen y sólo aspiran a prolongarlo dejando que las cosas se pudran. Como
entonces.
Valentí Almirall:
“España tal como es”, Barcelona, Anthropos, 1983. Léanlo y disfruten.
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