martes, 11 de abril de 2023

Belarra, una chicharra

 Señora García Moreno. Sánchez ha dicho que espera que se recomponga el rompecabezas -ha dicho puzle, pero no me gusta- a su izquierda para repetir el mismo gobierno después de las elecciones. Sánchez quiere debatir con el PP, no con Belarra, quiere hablar de datos económicos, de las leyes aprobadas, de avances en positivo; hablar de política internacional, donde el PP flaquea y juega a los traidorzuelos (ya desde Aznar) y dónde él se siente fuerte; tiene una agenda de viajes importante y pronto le tocará el turno de presidir la UE. Pero ahí está Belarra, como una chicharra dando el tostón desde hace meses y haciendo política de su partido desde el Gobierno. Bellarra confunde el partido y el Estado, porque Podemos pinta cada vez menos como partido fuera de las instituciones. Podemos tiene el derecho a opinar sobre lo que crea conveniente (feminismos, trans, república, rey emérito, procés, soledad de Puigdemont, indultos, Putin, Ucrania, etc, etc), pero en temas donde exista discrepancia, que sean de su línea política, debe hacerlo desde fuera del gobierno. Debe tener un portavoz, que, en su sede o dónde sea, convoque a la prensa y a quien quiera escuchar y opine sobre el sexo de los ángeles, si viene al caso, pero al margen del gobierno. Pero, claro, si habla Belarra como ministra, el mensaje se escucha más. Pero eso es sencillamente oportunismo y deslealtad. Y si algún día Podemos logra la mayoría suficiente para presidir un gobierno imagino que pedirá a sus socios minoritarios lealtad y sensatez, para no entorpecer su, esperemos, fructífera labor en bien del país. A Podemos le molesta la iniciativa de Sumar, como a IU y al PSOE les molestó la aparición de Podemos, pero la política es así. Cuando hay algo que molesta, Pablo Iglesias pide respeto para Podemos. Pero, ¿qué broma es esta? Podemos surgió en 2014 con intención de desbaratarlo todo -desde la jefatura del Estado y acabar con el "régimen del 78" para "tomar el cielo por asalto". No se anduvo con chiquitas. ¿O es que lo hemos olvidado? A Podemos hay que medirlo con la misma vara con que Podemos midió a los demás.

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