Por razones que no son fáciles de determinar, junto con la epidemia del virus, se ha extendido la pulsión identitaria.
La
dolencia, bastante general, es particularmente perceptible entre los miembros
de la clase política, gobiernen o estén en la oposición, que han adoptado la mala
costumbre de definirse ante cada declaración, gesto o decisión de un adversario
que les moleste, que son todas o casi todas. Con lo cual, aparecen ante la
ciudadanía como políticos de piel muy fina, aunque algunos de verbo grueso, o
como una gavilla de “tiquis miquis”, que, por un quítame allá esas pajas, sacan
a relucir la palabra que creen que mejor define su programa político o su
identidad. Dichosa identidad.
Piensan
muchos, que, en estos tiempos de confusión, hay que distinguirse de los demás;
definirse continuamente para no ser confundidos con los otros. Por encima de lo
que digan, lo que proponen y hacen es separarse, distanciarse, cuando lo que
hace falta ahora, respetando todas las identidades, claro está, eso lo primero,
es lo contrario: acercarse, hablar, acordar, para tratar de resolver lo que
tenemos encima, que es muy gordo, aunque muchos de ellos no lo ven.
Imaginemos, por un momento, que lo que sucede entre la clase política, ocurriera en la calle, entre la gente, en las actividades de cada día. Por ejemplo, al ir a comprar.
Buenos
días. Soy español, muy español, mucho español. Quiero un kilo de filetes de
lomo.
Buenas
tardes. Soy de Madrid, España dentro de España; deme un kilo de melocotones.
Buenos
días. España es un gran país (505.990 km2). Deme una pechuga de pollo.
Buenas
tardes. Viva el Rey. Deme cien gramos de choped en lonchas finas.
Ante
todo, soy republicano, pero póngame un kilo de boquerones.
Hola. Soy
antimonárquico; así que deme una docena de huevos.
Soy
independentista, póngame tres butifarras.
Buenas
tardes. Deme una caja de aspirinas, pero soy antivacunas.
Quiero
una barra de pan, y que conste que Elvis vive.
Y así
sucesivamente.
Señoras
y señores ¡Qué cansancio!
No hay comentarios:
Publicar un comentario