miércoles, 21 de enero de 2015

En castellano

En este asunto, no se debe hablar de lenguas sin hablar de economía; ni admitir que la promoción o la prohibición de usar una lengua es sólo un problema militar, sino con más frecuencia económico. El castellano es la lengua franca en España, es decir la lengua que permitía y permite entenderse con personas de todas las latitudes, es decir, la lengua de los negocios, la lengua necesaria para establecer un mercado nacional y para desarrollar aquí la revolución industrial. El fabricante de camisetas de punto de Mataró -zona industrial unida a Barcelona por la primera vía férrea de España, lo que prueba "la opresión militar" del Estado-, si quería vender camisetas en el resto de España tenía que hacerse entender hablando castellano. El castellano era la lengua que permitía a Barcelona disputar a Cádiz el monopolio del comercio con las provincias de ultramar, y el castellano era la lengua de la oligarquía azucarera (la sacarocracia) y tabaquera de Cuba y Puerto Rico, formada en gran parte por catalanes. La lengua es la lengua, pero la pela es la pela.

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