O Gerónimo y sus circunstancias
cinematográficas, que diría Ortega.
¡Gerónimo! Es la palabra clave con que
el jefe de un comando de los SEALS, desplazado a Abottabad (Pakistán) en una
misión secreta, comunica a sus superiores que se ha alcanzado con éxito el
objetivo de la operación. Es la secuencia culminante de la película “La noche
más oscura” de Kathryn Bigelow (2012).
Gerónimo, un guerrero apache tan temido
como odiado y respetado por algunos de sus enemigos, que los tuvo, y muy encarnizados,
aparece, ya viejo, en esta fotografía de 1905.
La fotografía del otro día -en “Cuatro
de julio”- era de uno de los Gerónimos de ficción, en concreto de Wess Studi (en
realidad, indio cheroqui, no apache), como Gerónimo, y de Jason Patric, como el
teniente Gatewood, en la película “Gerónimo. Una leyenda americana” (Walter
Hill, 1993).
A Studi le recordarán como un cruel pawnee,
en “Bailando con lobos” (Kevin Kostner, 1990) y como el malvado Magua en “El
último mohicano” (Michael Mann, 1992).
A Jason Patric le hemos visto en “El Álamo.
La leyenda” (J. Lee Hankcok, 2004). Una revisión del mito tejano y ligera corrección
de “atrezzo” de la superproducción “El Álamo” (John Wayne, 1960), pero con
menos “glamour” y sin la banda sonora de Dimitri Tiomkin. Patric interpretaba
el papel de James Bowie, que en la versión de Wayne ocupaba a Richard Widmark,
a Alan Ladd, en “La novia de acero” y a Sterling Hayden en “La última orden” (Frank
Lloyd, 1955). Bowie y su típico cuchillo, forjado, dice la leyenda, con
material de un aerolito, es un personaje muy apropiado para relatos de
aventuras.
Las hazañas de Gerónimo y de su grupo ya
habían sido llevadas al cine varias veces. Desde “Gerónimo’s last raid” (Gilber
Hamilton, 1912), pasando por “Venganza india” (Paul Sloan, 1939) y otras
varias, hasta el “Gerónimo” de ojos azules de Arnold Laven (1962), encarnado
por Chuck Connors, que era Buck, el mayor y más peligroso de los hermanos Hanassey
en “Horizontes de grandeza” (William Wyler, 1958).
Gerónimo es el indio que no se rinde, el
pertinaz guerrero que rechaza los acuerdos que acepta Cochise, presentado, en
general, como un jefe más razonable.
Jay Silverheels (indio mohawk canadiense)
era el Gerónimo irreductible frente al justo Cochise, interpretado por Jeff
Chandler, en “Flecha rota” (Delmer Daves, 1950). Cochise pacta una tregua con
el capitán Tom Jeffors y se muestra comprensivo con el idilio surgido entre la
apache Sunsirre (Debra Paget) y el capitán (James Stewart). Curiosamente, el
único hombre blanco amigo de Gerónimo fue Tom Jeffors.
En “Raza de violencia” (1954), un joven
Rock Hudson asumía el papel de Taza hijo de Cochise. Y Rod Redwing encarnaba al
hijo de Gerónimo en “Son of Gerónimo” (Gordon Bennett, 1952), mientras que el
papel de Gerónimo lo asumía el jefe Youlachie.
En “Tierra de orgullo” (Jesse Hibbs,
1956), hallamos otra vez a Gerónimo encarnado por Silverheels, pero esta vez en
la reserva de San Carlos (cerca de Tucson, Arizona), pero cediendo el protagonismo
a Audie Murphy, que encarna a John Clum, el director de la reserva que protege
a los apaches del trato humillante que les dan los militares.
En la película, la interesantísima Ann
Bancroft (mistres Robinson, en “El graduado”) hace el papel de Tianay, india
apache enamorada del insulso Audie (el amor es ciego, aunque sea apache).
En 1883, perseguido por su viejo
adversario George Crook y localizado en Méjico por el teniente Gatewood, Gerónimo
se rindió con condiciones, pero el mando relevó a Crook y rompió el acuerdo, lo
que provocó su huida de la reserva con un pequeño grupo de incondicionales.
El Gobierno encargó al general Nelson
Miles la captura o la ejecución de Gerónimo, que, con un grupo de 25 guerreros,
resistió durante varios meses a un ejército de 6.000 hombres.
En septiembre de 1886, se rindió a
Miles, a quien los apaches despreciaban. El general fue tan cicatero que
arregló las cosas para que el teniente Gatewood no recibiera reconocimiento
alguno por haber localizado al jefe apache.
Las tierras de los chiricahuas fueron
vendidas y Gerónimo fue deportado a Florida, a Alabama y después a Oklahoma,
donde accedió a contar a S. M. Barret la historia de su vida.
Falleció en Fort Sill (Oklahoma) el 17
de febrero de 1909, de una pulmonía.
Su biografía está dedicada al presidente
Teodoro Roosevelt, el hombre, que, por encima del mando militar que lo impedía,
le autorizó a que contara su vida.
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